En este día quisiera meditar en una verdad eterna que esta en libro de Juan 12:24 “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.
Jesús se estaba refiriendo a que era necesaria su muerte en la cruz para dar vida a otros mediante la salvación de nuestras almas.
Pero me llama poderosamente la atención el ejemplo que toma para poder explicar lo que quería decir de una manera sencilla, tomando como ejemplo la semilla.
¿Por qué una semilla? Porque la semilla tiene vida en si pero para poder fructificar tiene que pasar por un proceso que consiste en dos pasos, primero: Caer en tierra que significa HUMILLACIÓN; y el segundo morir que es el QUEBRANTAMIENTO.
Nadie quiere ser humillado o quebrantado, pero quien se salta estos procesos no puede dar fruto de ninguna manera. Para que la semilla de fruto debe estar completamente seca, si usted intenta sembrar una semilla verde o viva se va descomponer.
Después que se siembra en tierra por causa de las inclemencias del clima el sol y la lluvia empiezan a romper la cascara que la recubre, para que la vida que está adentro pueda germinar.
Cuando Dios pasa por estos procesos al creyente no es para destruirlo sino para que la verdadera vida o la vida espiritual que está dentro pueda manifestarse.
En ocasiones lo que más quisiéramos es que Dios nos pudiera evitar el sufrimiento, pero es imposible alcanzar un nuevo nivel de crecimiento, sin antes pasar por el quebrantamiento.
Así como la semilla que en tierra tiene que sepultarse para que la vida que está atrapada en su interior pueda revelarse, para que la identidad de Dios en tu vida pueda manifestarse, de tu personalidad necesitas completamente vaciarte.
Humberto Cancio.
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