“No es cierto que las palabras se las lleva el viento, sobre todo si son palabras salidas de la boca de Dios. Ellas tienen poder, dejan huellas, e influyen, curan, animan, motivan, reconcilian, iluminan dan vida, pero no producen nada si no las recibimos. Los milagros no ocurren solo porque los queremos, sino cuando a la palabra de Dios le creemos”.
Humberto Cancio.
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