Hoy quiero meditar en una verdad eterna que esta en el libro de Lucas 12:24 “Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?”.
Quiero ilustrar esta enseñanza con algo que me ocurrió un día, recuerdo que aquella mañana el desánimo había tocado a mi puerta y literalmente sentía que las fuerzas me habían abandonado por completo, ya no quería luchar más.
Cuando de pronto escucho por mi ventana el canto de un pájaro, se notaba tan contento y feliz que llamó mi atención, por eso me acerque con mucho cuidado para ver cuál era el motivo de su felicidad.
Y ¡oh sorpresa!, cuando observo con detenimiento me doy cuenta que el pájaro que tan alegre cantaba estaba encerrado en una jaula, la verdad me confrontó muchísimo porque no sé si estando yo encerrado de esa manera hubiera tenido ánimo para seguir cantando. Ese día comprendí lo que Jesús quiso decir cuando refirió esta parábola.
Dijo: “Los cuervos no siembran, ni siegan, ni tienen despensa, ni granero y Dios los alimenta…Y nos hace una pregunta desafiante: ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?”. ¿Qué fue lo que Jesús quiso decir con esto?: Que si el se ocupa de proveerle a las aves lo que les haga falta, también puede proveer lo que tu tanto necesitas.
No he visto la primera ave triste, afanada o preocupada y ¿porque no lo están?, porque confían en que el padre celestial les proveerá todo lo que necesitan, no deberíamos nosotros también imitar su ejemplo?..
Generalmente cuando la provisión escasea y se tiende a demorar, dudamos de la fidelidad de Dios y nos tendemos a angustiar, pero en momentos como estos nunca deberíamos olvidar, que el Dios que cuida de las aves a nosotros sus hijos nunca nos va a desamparar. Así que por nada te angusties ni te vayas a desesperar, porque Dios cuida de ti y todo lo que te haga falta, el te lo va a suministrar”.
Humberto Cancio.
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