Hoy deseo compartir con ustedes una verdad eterna que está en el libro de Salmo 91:1 “El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente”.
Creo sin temor a equivocarme que este es el Salmo favorito de todos, es más algunos lo recitan de memoria y otros tienen en su casa la biblia abierta en este Salmo como si fuera un amuleto.
Pero eso no fue lo que el señor Jesucristo nos enseñó, él dijo en Juan 5:39: “Escudriñad las escrituras porque ellas son las que dan testimonio de mi”, o sea yo no puedo decir que conozco a Dios sino conozco lo que dice la escritura. La biblia es para usarla, no para tenerla como un objeto decorativo en nuestras casas.
Es como el que va al médico y al regresar coloca en el atril de su casa la fórmula esperando sanarse, jamás lo va a lograr si no sigue al pie de la letra las indicaciones de su médico, de la misma manera no pasa nada si la biblia que es el manual que Dios nos dejó lo tenemos en el atril de nuestras casas y nunca hacemos lo que allí esta escrito.
Cuando el Salmo 91 dice: El que habita al abrigo del altísimo, note que dice Habitar, no dice Visitar, aquí hay una gran diferencia. Habitar es ocupar una casa, acampar en un lugar permanentemente, acampar, permanecer, es obediencia a su palabra, es sometimiento a su voluntad.
Visitar por el contrario es hacerlo ocasionalmente, por conveniencia, o solo buscarlo cuando tenemos alguna necesidad urgente que es lo que generalmente hacemos. Dios no quiere que visitemos su presencia, sino que vivamos todo el tiempo en ella.
Recuerda, “Si bajo la sombra del omnipotente deseas habitar, por la palabra de dios debes dejarte guiar”.
Humberto Cancio.
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