Hoy me gustaría meditar en tercera palabra que Jesús exclamo en la cruz antes de morir.
“Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre”. (Juan 19:26-27)
Me llama poderosamente la atención, que Jesús aunque estaba pasando por uno de los momentos mas difíciles de su vida, no se enfocó en su sufrimiento sino que le preocupaba cual sería después de su muerte el futuro de su madre.
Y encontró en Juan un sustituto para que llenara el vacío que dejaría su partida en el corazón de su madre. Muchas veces nosotros nos enfocamos tanto en nuestra necesidad que olvidamos que nuestros padres también las tienen. Nuestros padres necesitan ser honrados, no solo en lo económico, sino afectivamente también. Velar por el cuidado de nuestros progenitores hasta el final de sus días, es la más sublime manera de honrarlos”.
Sabia usted que “El mayor numero de decesos en adultos mayores, no son producidos por causas propias de la edad, sino por la soledad y la tristeza que los embarga al ser abandonados por sus hijos, como si los que hoy somos hijos mañana no fuéramos a ser padres.
Alguien alguna vez dijo: “Un padre puede con 7 hijos, pero 7 hijos no pueden con un padre”. Yo no se cual es la relación que tu tienes con tus padres, pero si no los has honrado, hoy es el momento de hacerlo. No esperes que sea demasiado tarde.
Humberto Cancio.
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