Gálatas 6:9 “No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo segaremos si no desmayamos”.
Alguna vez escuché la historia de un hombre que había invertido todos sus ahorros en la compra de un terreno donde aseguraban existía una mina de esmeraldas, pero al no hallar la veta cansado y frustrado decidió vender por menos de la mitad el terreno.
Cuentan que al que compró el terreno solo le bastó el primer intento para hallar la mina. Esta es una historia que refleja la cruda realidad de muchas personas que anhelando conquistar sus sueños, se hacen muchos propósitos, empiezan con entusiasmo, llenos de fe y gran optimismo, pero al cabo de un tiempo al no ver la respuesta terminan dejando todo a mitad de camino.
Pero Dios nos está diciendo a través de esta verdad eterna que no nos cansemos de hacer el bien porque a su tiempo segaremos sino desmayamos, dándonos a entender que lo que no nos permite alcanzar nuestras metas en cualquier área de nuestras vidas es que nos damos por vencidos antes de tiempo.
A veces se nos olvida que Dios tiene establecido un tiempo para cada cosa que hace, por eso es que resulta infructuoso tratar de adelantar las manecillas de su reloj para que su respuesta se anticipe.
Pienso en este momento en cuantos ya se cansaron o tal vez están a punto de hacerlo; personas que seguramente llevan años luchando por su matrimonio, pero como no han obtenido los resultados esperados están pensando en separarse, otros que se han esforzado para que sus hijos rectifiquen su mal camino, pero como parece que van en sentido contrario, decidieron no volver a perseverar, cuantos hay que muy posiblemente se cansaron de luchar dizque porque ya conocen cómo será el final.
Yo no sé cuál sea tu caso, pero si el señor nos está diciendo hoy, que NO NOS CANSEMOS, es porque inevitablemente al final cosecharemos sino nos rendimos.
“El que quiere que te des por vencido es el enemigo, no es Dios, así que vuelve a intentarlo, no te canses de perseverar, porque si no desmayas al final Dios te garantiza que vas a cosechar”. No seas parte de los muchos que renuncian antes de tiempo a sus sueños, sencillamente por no haberse dado cuenta lo cerca que estaban de alcanzarlo.
“Quien toma la decisión de sembrar pretendiendo que al instante su semilla pueda germinar, no solo terminará frustrado, sino que nunca podrá cosechar. Todo el que espera recoger fruto tiene que aprender a ser paciente, porque la planta primero crece hacia abajo y después es que se hace evidente. Si tu semilla aún no ha fructificado no la vayas a desechar, seguro está echando raíces y no lo has logrado notar”.
Humberto Cancio.
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