En el libro de Santiago 1:6 hay una gran verdad eterna que dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.
Según Santiago lo que muchas veces nos impide recibir la respuesta de Dios a nuestra oraciones, es lo voluble o cambiante que es nuestra fe. Por eso compara la fe de muchos como las olas del mar que son arrastradas por el viento de un lado a otro.
O sea hoy creemos mañana no, hoy tenemos un nivel de fe tan alto que tocamos el cielo con las manos y otro día nos encontramos tan desesperanzados que nuestra fe pareciera que se arrastra por el piso.
Una persona así afirma la palabra es inconstante en todos sus caminos, hoy quiere una cosa mañana quiere otra y todo lo deja a mitad de camino.
Escucha esto: “Lo que muchas veces nos impide conquistar, no es que Dios se este oponiendo, es la facilidad con la que por la duda nos dejamos influenciar.
Cuando a tu fe le adicionas el temor y las preocupaciones, no solo te desenfocas, también te paralizas al tener varias opciones.
Todo aquel que en la vida sus objetivos anhele alcanzar, debe asegurarse primero que la duda y la indecisión en su corazón han dejado de habitar”.
Humberto Cancio.
Kommentare