Hoy me gustaría meditar en primera palabra que Jesús exclamo en la cruz antes de morir.
La primera fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23:34).
“Estas palabras tienen un poder indescriptible, Jesús estaba siendo escarnecido por sus verdugos, siendo el hijo de Dios pudo haber pedido al padre que enviara una legión de ángeles para destruirlos, pero lo que hizo fue interceder por ELLOS para que el padre los perdonara…
Pero… ¿qué hacemos nosotros cuando nos ofenden, cuando nos hieren?, cuando nos humillan? Pedimos con todas las fuerzas de nuestro corazón que se haga justicia. No descansamos hasta que la persona que nos hizo daño no haya pagado con creces todo el mal que nos causó.
Ese no fue el ejemplo que Jesús nos dejó, él lo que quiere es que nosotros perdonemos, que pasemos la ofensa que no seamos vengativos, que no tomemos la justicia por nuestra propia cuenta.
¿Cuántas guerras peleas y muertes se hubieran evitado, cuantos conflictos se hubieran solucionado, Cuántas familias se hubieran reconciliado, si tan solo hubiésemos pasado la ofensa... como Jesús nos enseñó?
Escucha esto:
“Quien pide perdón está reconociendo que es imperfecto y que se puede equivocar, pero el que sinceramente perdona pone al descubierto su gran capacidad de amar”.
Reflexiona en esta palabra y perdona hoy a quien tengas que perdonar.
Humberto Cancio.
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