“Cuando el veneno de la amargura ha hecho su efecto en el corazón, las ofensas y heridas sufridas se convierten en tema de conversación, y el deseo de venganza termina siendo mucho mas que una simple obsesión. Cuídate cuando hables, porque las palabras que salen de un corazón herido causan un daño irreparable. La amargura es una silenciosa enfermedad que solo el perdón puede sanar”.
Humberto Cancio.
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