Hoy me gustaría compartir con ustedes una verdad eterna que está en el libro de Deuteronomio 2:7 “Pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado”.
Muchos quisiéramos salir de Egipto e ir en un vuelo chárter a la tierra prometida, pero el camino que Dios tomó para llegar fue el desierto. Porque era necesario pasar por el desierto, si el desierto, está relacionado con escasez, necesidad, prueba, trato de Dios, un camino que la gente no escogería por voluntad propia.
Pero si lo vemos desde el óptica de la fe nos daremos cuenta que en el desierto Dios les abrió el mar para que ellos pasaran al otro lado, en el desierto la presencia de Dios nunca los desamparó, en el desierto comieron mana, codornices, fueron saciados con agua de la roca.
Ellos como habían sido esclavos en Egipto estaban acostumbrados a trabajar para conseguir su propio sustento pero en el desierto tuvieron que aprender a confiar y a depender de Dios.
Y es lo que Dios les está recordando en esta palabra, que en todo el tiempo que estuvieron en el desierto nada les faltó porque Dios fue su sustento. Tampoco quiere que olvides que en medio de tus desiertos espirituales jamás te ha faltado su provisión y si lo hizo una vez lo puede volver a hacer ahora.
“Usualmente cuando en medio de una tribulación financiera nos quedamos sin ninguna opción, lo que más nos angustia es que nos vayamos a quedar sin nada para nuestra manutención; pero si algún día te encuentras en medio de gran tribulación, recuerda que en tus pruebas anteriores Dios nunca te dejó sin su provisión y si no te desamparó en el pasado en tu escasez, en el presente tampoco será la excepción”.
Ten presente que “Ninguna aflicción es impedimento para que Dios deje de proporcionarte tu sustento”.
Humberto Cancio.
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