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“NADIE PODRÁ DERROTARTE PORQUE DIOS ESTÁ CONTIGO PARA AYUDARTE”. Job 1:10


Job 1:10 “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra”.


Cualquiera que comience a estudiar la vida de Job podrá percibir a simple vista que este era un hombre afortunado que gozaba tanto del favor de Dios como del favor de los hombres, en la sociedad era reconocido como el más ilustre de todos los orientales y hasta Dios lo catalogaba como un hombre recto, perfecto, temeroso de Dios y apartado del mal.


Pero Satanás sabía que toda esa prosperidad y bendición de la cual Job gozaba se debía simple y llanamente al “cerco de protección” que Dios había colocado alrededor de él, de su casa, de su familia y de todo lo que tenía.


Eso es lo que la verdad eterna que hoy compartimos esta afirmando: Job 1:10 “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra”.


Usted me preguntará: ¿A que cerco de protección se refería el enemigo? Le voy a invitar que vayamos juntos al libro de Efesios 6:16 “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.


Este texto pone al descubierto dos realidades espirituales: 1. Presenta la fe como un escudo, el escudo que no es un arma de ataque sino de defensa, sirve para proteger. 2. Al enemigo intentando por todos los medios penetrar ese escudo usando como morteros sus dardos de fuego que son esos pensamientos negativos, de duda, temor y preocupación.


La única manera en que el enemigo puede romper ese escudo o cerco de protección es que nosotros dejemos entrar ese tipo de pensamientos tóxicos que lo que hacen es envenenarnos el alma. Aceptar uno de estos pensamientos malsanos es lo mismo que abrirle la puerta a un ladrón para que se robe todo lo que tenemos en casa, en este caso nuestra fe que es la que nos permite mantenernos en pie ante las adversidades.


Juan 10:10 “El ladrón no vino a robar a matar y a destruir”. Es decir, una vez el enemigo nos ROBA la palabra o las promesas de Dios, MATA la fe y al matar nuestra fe, nos DESTRUYE por completo.


Esa fue la misma estrategia que usó satanás con Job y sus consecuencias fueron devastadoras: Job 3:25-26 “Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. 26 No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante, me vino turbación”.


El cerco que protegía a Job era la fe y fue destruido desde el mismo instante que él aceptó el temor, perdió la paz, no estaba tranquilo, vivía preocupado y todo lo que temió le aconteció, porque el temor es una especie de fe contraria, todo lo que tu temes eso atraes a tu vida.


Satanás siempre esta arrojando sus ardientes dardos de miedo, de ira, frustración, ansiedad, de desánimo y falta de perdón, intentando quebrantar de esa forma nuestro cerco de protección, pero si nos mantenemos creyendo a pesar de la presión, siempre estaremos protegidos de cualquier mala intención”.


Así que por nada en el mundo deje de creer, no es el médico el que tiene la última palabra, la última palabra la tiene Dios, tal ves está permitiendo cosas en tu vida pero no es para causar tu destrucción, sino para promoverte a una mayor dimensión.


La persona que deja de creer queda completamente desprotegida, pero la que sigue creyendo a pesar de todo jamás sera destruida”.


“Quien deja de creer y se llena de preocupación, pierde inmediatamente su cerco de protección. Jamas dudes de que las cosas no se te van a dar, el enemigo quiere doblegar tu fe para poderte atacar. El éxito está reservado para quienes usan el tiempo para conquistar y no para en la duda meditar”.


Humberto Cancio.


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