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  • humbertolocutor

“LOS PROBLEMAS DEBEN SER UNA EXCUSA PARA LA ORACIÓN Y NO EL MOTIVO DE NUESTRA LAMENTACIÓN”.


1 Pedro 4:12-13 “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría”.


Parafraseando un poco esta verdad eterna diría: “No se sorprendan por el fuego de la prueba como si no se tratara de algo normal, Dios las permite para que al experimentar en carne propia un poco de su padecimiento desde que fue capturado hasta su crucifixión, podamos comprender cuál es el real significado de nuestra redención.


Pero es imposible comprender la obra redentora de Jesús, si aún no hemos tenido la revelación de la cruz; es a lo que se refiere la verdad eterna que hoy compartimos cuando dice: “Para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría”.


Hay un orden Espiritual aquí y es el siguiente, para que la gloria de Dios nos sea revelada, es necesario que tengamos que pasar por pruebas, ya que mediante ellas según afirma la palabra lo que estamos es participando de los padecimientos de Cristo, en otras palabras, colocándonos en sus zapatos para poder comprender la magnitud del sufrimiento que tuvo que padecer por nuestra redención; solo entonces podremos darnos cuenta que nada de lo que nosotros podamos estar enfrentando por más difícil que parezca se puede comparar con lo que Jesús vivió por amor a nosotros.


Alguien dirá: “Es que yo sufrí la pérdida de un ser querido”, pues déjeme decirle nuestro padre también perdió a su único hijo Jesucristo; Otro dirá “es que usted no se alcanza a imaginar el dolor que produce un abandono”, a Jesús su padre lo abandono y Él sí sabe que es eso, por eso exclamo en el madero: “¿Padre porque me has abandonado?”.


Usted me dirá pero “es que usted no sabe cuánto duele una traición”, tal vez yo no lo sepa, pero Jesús si sabe porque a Él Pedro lo negó y Judas lo vendió por unas pocas monedas, es posible que haya sido humillado(a), déjeme recordarle que a Jesús no solo lo avergonzaron al despojarlo de sus vestiduras, lo humillaron siendo un rey le coloraron una corona de espinas, le arrancaron la barba, lo escupieron, lo flagelaron.


Entender el padecimiento de Jesús es lo que nos va a permitir superar cualquier adversidad con alegría, sabiendo que lo que Jesús soportó fue mucho más grande y fuerte y nunca se quejó, todo lo hizo por amor y que si no fuera por esas duras experiencias a las que hemos sido sometidos a lo largo de la vida, jamás su obra redentora se nos hubiese revelado.


Una persona a la cual la gloria de Dios se le ha revelado puede comprender con facilidad lo que dice Efesios 2:5-6 “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”.


¿Qué significa?, que nuestra naturaleza carnal o nuestro viejo hombre murió juntamente con cristo en la cruz, que fuimos salvados de la condenación eterna por gracia no por obras para que nadie se gloríe y que su resurrección no solo fue la suya, sino la resurrección de nuestro hombre Espiritual que ahora está sentado en los lugares celestiales con Cristo Jesús.


El poder comprender esta verdad eterna es lo que se conoce como la revelación de la cruz, lamentablemente el desconocimiento de las sagradas escrituras nos ha llevado a venerar y darle más importancia a la cruz que a lo que ocurrió en ella.


En la cruz si usted no lo sabía se fijaban mediante clavos a los peores criminales y delincuentes, hablarle a un judío de Cruz era hablarle de maldición, de la más cruel y tortuosa manera de morir; en nuestro tiempo hablar de la cruz equivaldría a hablar de la silla eléctrica o de la cámara de gases.


La cruz no tiene ningún poder, el poder lo tiene realmente el que para salvarnos derramó en ella hasta la última gota de su sangre.


“Existe la creencia que quien hace lo recto no debería pasar por impedimentos, pero la realidad es que nuestra posición no nos exime de la oposición, ni hacer lo correcto nos exonera del sufrimiento. Sin embargo, enfrentar pruebas no significa que ha llegado tu destrucción, sino que estás a punto de lograr tu promoción”.


Humberto Cancio.


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