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“LOS MOMENTOS DE PRESIÓN, PONEN AL DESCUBIERTO LAS VERDADERAS INTENCIONES DE NUESTRO CORAZÓN”.

Deuteronomio 8:2 “Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos”.


Hace algún tiempo existía en nuestro país un programa que se dedicaba a hacer bromas a las personas en la calle, muchas de ellas reaccionaban con indiferencia y hasta se reían de sí mismos, sin embargo, otras lo hacían con rabia, insultos y hasta golpes.


El ver sus reacciones nos causaba risa, pero detrás de todo esto encuentro una gran enseñanza con respecto a lo que Dios nos quiere decir en este día. Muchos cuando fueron puestos a prueba dejaron salir de su interior sus verdaderas formas de ser y las intenciones de su corazón.


Es lo mismo que Dios nos está diciendo a través de esta verdad eterna: “No se olviden de todo el camino por donde los he traído estos cuarenta años en el desierto, para probarlos, para afligirlos, para saber lo que había en su corazón, si habían de guardar o no mis mandamientos”.


En otras palabras, los llevé por el desierto para saber lo que había en su corazón, ahora Dios todo lo sabe, los que teníamos que darnos cuenta de nuestra real condición éramos nosotros. Lo bueno de las pruebas es que sacan a la luz las verdaderas intenciones de nuestro corazón. Ejemplo: Cuando en la vía a un conductor le cierran el paso, suele llenarse de rabia contra aquel que sin mala intención se atravesó en su camino, incluso responde con agresividad y se enoja de tal manera que desciende de su vehículo armado no con la intención de hacer amigos sino para cobrar venganza por su propia mano.


Cualquiera podría justificar su acción, pero delante de Dios lo que quedó al descubierto fue la intolerancia y la ira que atesoraba en su corazón y así es en cualquier otro escenario.

Dios nos lleva a través del desierto o permite las pruebas es para que nosotros nos demos cuenta de lo que necesitamos cambiar, para poder entrar a la tierra de las promesas.

Generalmente “La persona que olvida el proceso de formación, muy seguramente tendrá que volver a aprender la lección”.


“Las pruebas no son una maldición, ni fueron hechas para tu destrucción, por el contrario, ellas descubren la debilidad de carácter cuando estamos bajo presión. Las pruebas le permiten a Dios constatar, que tan preparados estamos para su propósito realizar. Quien nunca ha pasado por una dificultad, sigue sin superar la prueba de calidad”.


Humberto Cancio.


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