Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
En los tiempos actuales donde proliferan tantas religiones y todo tipo de creencias, muchos se cuestionan a cerca de cual de tantas es la verdadera, ya que todas aseguran tener la verdad absoluta.
Pero el mismo Jesús nos aclara esa duda cuando afirma en Juan 14: 6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. El dijo: “Yo soy la verdad”, Jesús es la verdad y el enemigo es el padre de la mentira.
Tomemos un ejemplo sencillo para ilustrar esta enseñanza: Imaginemos que usted conoce a una persona que le dice que es un magnate inmensamente rico, desde ese instante usted se forma una idea, que lo lleva a tratarlo con admiración y respeto, pero resulta que al cabo de un tiempo usted se entera que esa persona le mintió y que no tiene ni donde caerse muerto, le aseguro que todo ese pedestal en el que usted lo tenia se derrumba por completo, e inmediatamente usted cambia su percepción hacia él, ¿Por qué? precisamente porque lo único que le quita el fundamento a una mentira es cuando la verdad es revelada.
El enemigo le miente todo el tiempo al mundo entero, pero ese no es el problema, el problema es que nosotros le creemos. Con sus mentiras nos dice tu no eres capaz, mientras la verdad de Dios nos dice que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. (Filipenses 4:13); el enemigo hace que aceptemos la enfermedad como un castigo divino, pero la la verdad de Dios dice en Isaías 53 que por las llagas de Jesús nosotros hemos sido curados.
El enemigo nos hace creer que nacimos para andar mendigándole a la vida, pero la verdad de Dios afirma que él siendo rico se hizo pobre para con su pobreza enriquecernos a nosotros. (2 Corintios 8:9).
Muchas veces nos hace creer que estamos condenados a la separación eterna, que no tenemos perdón de Dios, pero la verdad de Dios asegura categóricamente que el anuló toda acta de decretos que había contra nosotros. (Colosenses 2:14).
Jesús dijo: “Conoceréis la verdad y os hará libres”, de que debemos ser libres?, de la cárcel de las mentiras donde el enemigo a encerrado a muchos. Hoy es un día de tomar decisiones, o nos regimos por las mentiras que el enemigo nos dice, o nos dejamos guiar por la verdad de Dios.
Escuche: Usted no es lo que el enemigo le dice que es, usted es lo que la palabra de Dios dice que es. Así que renuncie a creer que usted es un fracasado, porque Dios lo llevará a partir de este día, de gloria en gloria y de victoria en victoria; renuncie a creer que los ricos ya están completos y que usted esta condenado a la mendicidad porque el próximo rico puede ser usted si se atreve a creerle a Dios. No acepte la mentira que el enemigo le ha dicho con respecto a que usted no puede cambiar, porque Dios la obra que comenzó en ti la va a perfeccionar.
“No puedo”, “es inútil”, “no saldrá bien”, “eso no es para mí”, “es demasiado difícil”, “no me atrevo” son cárceles espirituales que nos mantienen esclavizados. La mayor limitación del ser humano no es física sino mental. Si piensas que no puedes no podrás, pero si crees que puedes lo más seguro es que así será. “Cambia tu forma negativa de pensar y cambiará positivamente tu manera de actuar”.
Humberto Cancio.
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