Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Alguna vez un hombre vio una oruga que intentaba salir de su capullo de seda y como esta no podía salir tan fácilmente, el hombre decidió romper el saquito donde se encontraba para ayudarla un poco, él pensaba que estaba haciendo una buena obra de caridad, pero lo que le hizo fue un daño, porque la oruga jamás pudo volar.
¿Pero qué fue lo que paso?, pues el hombre en su afán de ayudarla, lo que hizo fue evitarle pasar por un proceso conocido como meta metamorfhosis (Meta – más allá, y morphosis – Transformación o cambios). La oruga debía superar ese obstáculo y salir por sus propios medios de ese saco por un orificio muy pequeño, porque en el esfuerzo que hiciera era donde las alas de la mariposa se fortalecían para poder volar.
Nosotros los humanos pensamos equivocadamente que el camino fácil es el mejor, por eso oramos para que Dios nos ayude y nos evite pasar por procesos muy dolorosos, sin percatarnos que esos saquitos de seda son necesarios romperlos a través del quebrantamiento para poder desarrollarnos, para poder crecer y volar bien alto.
Por eso es que el apóstol Pablo en esta palabra nos dice que “para los que aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien”. A que cosas se refería el apóstol, las encontramos en el verso 35 de ese mismo capítulo. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?”.
Pablo no veía la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro o la espada como tragedias sino como oportunidades para crecer espiritualmente.
Muchos por ejemplo se lamentan porque los despidieron injustamente, sin darse cuenta que Dios usó esa circunstancia para sacarlos de la zona de confort; una vez dejaron de recibir sus ingresos habituales, empiezan a explorar nuevos caminos, a usar sus talentos y gracias a que se quedaron sin trabajo, ahora son grandes empresarios, tienen su propio negocio, lograron alcanzar el propósito que Dios tenía con ellos y así es en todas las áreas de nuestra vida.
Yo no puedo aprender a levantarme si nunca me he caído, yo no puedo saber que es confiar en Dios, si siempre he dependido de mí mismo, jamás aprenderé a ser paciente si Dios me da instantáneamente lo que le pido.
“No existe mayor manifestación del amor de Dios que cuando somos disciplinados por el Espíritu santo, ya que sin corrección y formación es imposible que el creyente pueda alcanzar su máxima consagración. La crisis que hoy te hace sufrir, es realmente el testimonio que mañana te hará sonreír y lo que hoy parece ser la causa de tu lamento es simplemente lo que mañana te hará gozar de contento”.
Humberto Cancio.
Comments