Job 42:10 “Después de que Job oró por sus amigos, Dios hizo que Job volviera a prosperar, y le devolvió el doble de lo que antes tenía”.
Después de leer esta verdad eterna me surgen dos interrogantes: 1. ¿Sera que, si Job no hubiese orado por sus amigos, Dios le hubiera devuelto el doble de lo que antes tenía?
2. ¿Qué significado tenía este acto de bondad que Job debió realizar en favor de sus amigos para que Dios lo hubiese recompensado de tal manera?
Para poder comprenderlo, es necesario hacer un recorrido desde el capítulo 1 hasta el capítulo 42 y encontramos que solo se habla del proceso de dolor y sufrimiento que este hombre tuvo que padecer y eso que era catalogado como el más ilustre de todos los orientales, un hombre recto, perfecto, temeroso de Dios y apartado del mal.
Sus amigos, como el mismo Dios los llamó no aceptaban que a un hombre con una conducta intachable como la de Job le hubiese pasado una tragedia de tal magnitud, por eso en vez de ayudarle a sanar sus heridas, lo que hicieron fue cuestionarlo, criticarlo, juzgarlo, señalarlo, argumentando que su desgracia debió haber sido por causa de su pecado.
La dureza del corazón de estos amigos no les permitió entender que cada vez que Dios quiere llevar a sus siervos a un nivel superior como lo hizo con Job, primero lo tiene que procesar, pasarlo por el molino como las aceitunas para extraer el mejor aceite, que representa la unción.
El enemigo al hombre de Dios le arrebató a 10 de sus hijos, todos sus bienes materiales, su familia, su salud y hasta su reputación, pero jamás pudo despojarlo de su fe y de su profundo amor por el prójimo, por eso escogió el perdón antes que el rencor. Job tenía todos los motivos para negarse a orar por sus amigos, pero decidió tratarlos con compasión.
Esta fue la clave de su exaltación, orar por aquellos que tanto daño le habían hecho, no debió ser fácil para él, pero Job decidió obrar conforme a la voluntad de Dios, porque su corazón se mantuvo limpio de cualquier resentimiento. Estoy seguro que si Job se hubiese negado a orar por sus amigos, Dios no le hubiese recompensado el doble como lo hizo.
Cuál es el secreto detrás de todo esto: Que la falta de perdón le da un derecho legal al enemigo para que no podamos recibir la bendición de Dios. Mateo 5:23-25 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel”.
Dios sabe que no es fácil, bendecir a alguien que te ha tratado mal, que te ha herido, que te ha humillado, calumniado, que ha puesto en tela de juicio tu testimonio para acabar con tu vida, que te ha juzgado injustamente, que ha dicho que eres un perverso etc.
Hoy de parte de Dios te digo: No permitas que tu odio hacia esa persona que te hizo daño sea mayor que la misericordia que Dios ha extendido sobre tu vida. Dios quiere devolverte el doble de lo que el enemigo un día te quito, en tus manos está la decisión, perdona a quien tengas que perdonar y bendice que quien tengas que bendecir para que el enemigo no siga reteniendo la doble recompensa que Dios ya tiene preparada para ti.
Si te cuesta orar por quienes han sido tus verdugos, medita en el ejemplo de Jesús, quien, al perdonarnos, impidió que el enemigo por la eternidad pudiera condenarnos.
“La razón por la que muchas veces nos cuesta soltar, es porque creemos que lo que poseemos es imposible de superar. Muchas veces nos pasamos la vida aferrados a cosas insignificantes, olvidando que Dios no resta ni divide, sino que suma y multiplica de manera sobreabundante. Si Dios te ha pedido algo no te vayas a preocupar, más bien alégrate porque lo más seguro es que te lo piense multiplicar”.
Humberto Cancio.
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