“Cuando Dios nos hace una promesa, lo que más anhelamos es poder verla cumplida lo más pronto posible. Sin embargo hay ocasiones en donde la espera se torna tan angustiantemente prolongada, que pensamos que ese día nunca llegará, pero independientemente de las circunstancias adversas que tengas que soportar, absolutamente nada ni nadie podrá impedir que lo que Dios te ha prometido, se haga una realidad”.
Humberto Cancio.
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