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  • humbertolocutor

“LAS PRUEBAS NO SOLO FORJAN NUESTRA PACIENCIA, SINO QUE FORTALECEN NUESTRA CAPACIDAD DE RESISTENCIA”


Santiago 1:2-3 “Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. 3 Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades”.


Me tome la tarea de averiguar cuál era el significado de DIFICULTAD y encontré que este concepto hace referencia a los inconvenientes o barreras que se presentan y que hay que superar para conseguir un determinado objetivo. Cuando medito en esto viene a mi mente una de las disciplinas del atletismo que se conoce como “Carrera de vallas” en la cual los deportistas tienen que saltar unas barreras de 1 metro con gran agilidad mientras corren, el primero que llegue a la meta sin haberlas derribado ese gana.


El atleta no solo debe correr con gran agilidad sino con la destreza, suficiente para poder saltarlas. La competencia no consiste en el que más derribe vallas sino en superarlas. En el ámbito Espiritual ocurre algo similar, la vida es como una gran carrera de vallas que nos conduce a una meta “La salvación”.


No es una carrera fácil porque está llena de obstáculos, problemas y dificultades que fueron dejados ahí por Dios con un propósito, no para impedirnos avanzar, no para que al tropezarnos decidiéramos mejor no continuar, no para que las quitáramos de en medio, sino para que las aprendiéramos a superar.


Eso es lo que el señor nos está diciendo a través de esta verdad eterna: Santiago 1:2-3 “Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. 3 Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades”.


La fe o la confianza es como una especie de músculo espiritual que si no lo ejercitamos se va a atrofiar, es normal para todo aquel que comienza una rutina de ejercicios que al día siguiente le duelan los músculos, usted puede argumentar que el ejercicio es una prueba muy dura y jamás logrará superarse a si mismo, o lo vuelve a intentar las veces que sea necesario hasta que los músculos se pongan a tono.


Esta es la razón por la que muchos pagan al comienzo de año el gimnasio, van el primer día y nunca más regresan porque les pareció demasiado exigente, suelo decirles a esas personas: “El primer musculo en el gimnasio que debemos trabajar se llama la mente”. Si no nos concientizamos del esfuerzo que esta disciplina demanda será imposible continuar.


Según la palabra que hoy compartimos, estas dificultades que a veces se nos presentan no son para hacernos la vida imposible sino para que nos volvamos expertos en superar dificultades. Es decir: La única forma en que podemos aprender a esperar es esperando. La única manera de aprender a superar dificultades es teniendo que enfrentar dificultades.


La persona que por ejemplo logró superar un problema matrimonial, financiero, de salud, ministerial, familiar etc., no solo tiene la autoridad moral para enseñarles a otros como actuar, sino que esas pruebas que vivió fortalecieron tanto su fe que ya esos problemas que antes le angustiaban ahora no lo logran preocupar.


A todos aquellos que este día se encuentran pasando por alguna prueba difícil el señor les dice: “Ya no estén más tristes, alégrense porque lo que estoy haciendo a través de esa adversidad que han tenido que enfrentar es ejercitando su fe para que aprendan como enfrentar en la vida cualquier momento de dificultad”.


Las adversidades no son para que te vayas a rendir, sino para que por medio de ellas aprendas a resistir”.


“Es cierto que a ninguno de nosotros nos gusta esperar, pero la espera es la herramienta que Dios usa para forjar nuestra paciencia. Ser paciente implica esperar con sumo gozo y seguridad, aun en medio de la adversidad. La paciencia es el fruto del espíritu que libera nuestra espera de toda angustia emocional, que trata de robarnos la paz. La paciencia es un árbol de raíces amargas, pero su fruto es exquisitamente dulce”.


Humberto Cancio.


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