1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.
La biblia dice que la voluntad de Dios es buena es agradable y es perfecta y su voluntad revelada hoy a través de esta verdad eterna es que nunca dejemos de dar gracias en todo, no dice: Den gracias por todo, sino en todo, ¿En todo qué?, En todo tiempo, o sea cuando todo nos sale conforme a lo planeado, pero también cuando todo se ha salido de control.
Porque ni la prueba más dura es capaz de silenciar la alabanza de los labios de un genuino adorador. Dios nos exhorta para que en todo tiempo demos gracias ¿por qué? Porque lo contrario a la “gratitud” es la “ingratitud” y la INGRATITUD es el fundamento de todas las inconformidades del ser humano.
La ingratitud aparece principalmente cuando en medio de una prueba nos olvidamos de todo lo que Dios ha hecho por nosotros comenzando por la salvación eterna al derramar la sangre de su hijo en la cruz.
Las personas desagradecidas se conocen porque siempre andan amargadas, todo lo contaminan a su paso, nada les satisface, se quejan por todo, todo lo critican, son envidiosas, viven mal humoradas inconformes con el mundo que les rodea, están tan pendientes de sí mismas que se vuelven egoístas, este tipo de personas no logran ver nada bueno en los demás, por eso siempre están creyendo que todo se lo merecen.
Una persona desagradecida abre la puerta a un espíritu de inconformidad, es como una cisterna rota, que con nada puede ser llenada; no sé si conoce personas así que con nada se les puede agradar, si le piden a Dios un carro rojo, no lo quieren recibir porque el rojo es muy intenso para su gusto. Oran por un trabajo y cuando Dios se los da, lo rechazan porque el jefe les cae mal; se quejan del trabajo, del marido, de los hijos, de la vida, de todo.
Mientras que las personas agradecidas, no esperan que la vida les entregue todo lo que merecen, ellos se esfuerzan y van tras ellas, no le echan a otros la culpa de sus fracasos, no esperan recibir cosas para ser felices, ellas aprendieron a ser felices con lo que tienen no con lo que les hace falta; saben que para poder ver el arcoíris antes han debido soportar un poco de lluvia, las personas agradecidas tienen esperanza y dan gracias aun por los malos ratos porque gracias a ellos pudieron crecer como personas.
“Mientras la persona agradecida al levantarse busca motivos alegrarse, la desagradecida los busca, pero para el día amargarse”
“Este tal vez ha sido un año en el que hemos tenido experiencias buenas y otras no tan agradables, situaciones que demandaron de nosotros una fe extraordinaria y otras en las que quizá nos costó mantenerla, pero lo más importante es saber que Dios siempre ha estado allí para fortalecernos. Agradezcamos no por la recompensa que esperamos recibir, sino por todo lo que Jesús nos entregó en la cruz al morir”.
Humberto Cancio.
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