Mateo 27:29 “Y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: !!Salve, Rey de los judíos!”.
El enemigo muchas veces nos quiere hacer creer que la muerte de Jesús en la cruz del calvario fue su derrota, o la evidencia de que sus planes de redención fallaron, pero lo cierto es que cada gota de sangre que Jesús derramó fue con un propósito específico.
En el caso de la sangre que derramó de sus sienes por causa de la corona de espinas, estaba cancelando toda maldición de pobreza, ruina y escasez que había venido sobre Adán y su descendencia de la cual nosotros hacemos parte.
Usted recordará que como consecuencia de la desobediencia de Adán y Eva en el huerto del Edén vino una maldición sobre toda la humanidad. La cual sentenciaba que espinos y abrojos produciría la tierra o sea no habría que comer, que con el sudor de su frente el hombre conseguiría su sustento.
Los espinos y los abrojos representaban la maldición de la pobreza, de la escasez y la ruina, pero la buena noticia es que esos espinos los llevó Jesús en su cabeza cuando los soldados romanos le colocaron esa corona de espinas.
Usted me dirá pero eso le pasó fue a Adán por desobediente a mí no…Pero ¿sabes que es maldición?; Maldición es que toques las puertas para un empleo y ninguna se abra, maldición es que el dinero que ganas no te alcance, maldición es que vivas mendigándole y debiéndole a todo el mundo, maldición es que sigas sin poder tener una casa propia, o la que tuviste el banco te la quitó, maldición es que tu nombre aparezca en las centrales de riesgo como deudor moroso, maldición es que estés esclavizado a los intereses, maldición es que después de tanto trabajar no te quede ni para comprarte algo para ti, o para tomarte unas vacaciones con tu familia.
La verdad que el enemigo no quería que conocieras es que esa maldición por la sangre que Jesús derramo de sus sienes ya fue cancelada. Así que él no tiene por qué mantenerte esclavizado en esa área de tu vida.
La biblia dice que Jesús siendo rico se hizo pobre, para con su pobreza enriquecernos a todos. Usted no fue creado por Dios para vivir mendigándole a la vida, usted es hijo del rey de reyes y señor de señores.
Confiesa con fe que la sangre de Jesús se llevó toda maldición ruina de tu vida y cree con todo tu corazón que a partir de este día eres libre de todo espíritu que quiso esclavizarte financieramente.
“La sangre que Jesús derramo por causa de la corona de espinas colocada sobre su cabeza, no solo nos devolvió la honra, sino que canceló de nuestras vidas toda maldición de pobreza”.
Humberto Cancio.
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