1 Pedro 1:6-7 “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
Generalmente cuando nos hablan de “prueba” lo primero que se nos viene a la mente es lo peor, crisis financieras, enfermedades incurables, infidelidades, rupturas sentimentales, hijos rebeldes, dificultades económicas, distanciamiento de la familia, etc.
Creo que son muy pocas las personas que pueden encontrar en medio de las pruebas motivos para alegrarse como lo sugiere esta verdad eterna que compartimos hoy: 1 Pedro 1:6 “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas”.
¿Por qué el apóstol nos dice en esta porción de la palabra que debemos alegrarnos cuando “tengamos” que ser afligidos en diversas pruebas?, ¿Acaso cuando las pruebas se presentan no traen consigo dolor y sufrimiento? ¿Por qué dice tengamos que ser afligidos, acaso las pruebas son un proceso que no podremos evitar?
Con todo esto lo que veo es que el señor trata de desmitificar el concepto erróneo con el que crecimos con respecto al verdadero significado de las pruebas en nuestras vidas. Si la palabra dice que debemos alegrarnos es porque efectivamente detrás de ellas son más las cosas buenas que se esconden y hoy las vamos a descubrir.
Las pruebas se realizan para conocer el estado real, la condición actual, la calidad y el valor de algo o de alguien. Ellas en medio del sufrimiento sacan a relucir nuestro nivel de fe, compromiso, paciencia o resistencia.
Las pruebas bioquímicas sirven para identificar los microorganismos presentes en una muestra, las pruebas de estado para medir el nivel de conocimiento que tiene el estudiante, las pruebas de ADN se usan para demostrar la paternidad de un hijo o una hija, para saber con exactitud el grado de parentesco entre individuos.
Lo mismo pasa con las pruebas de calidad que se les hace a los vehículos, con las pruebas del icfes, o cuando usted se prueba un vestido, una camisa, unos zapatos. Algo se prueba es para saber si está apto, si se encuentra listo para entrar en operación o para pasar a un nivel superior.
Ninguna prueba fue hecha para destruirnos sino para revelar nuestra condición espiritual, cada vez que somos probados sale al descubierto lo que había estado escondido en nuestro corazón y que no nos permitía crecer espiritualmente.
Si Dios quisiera destruir a alguien no le pondría pruebas lo eliminaría inmediatamente y listo. “Ninguna prueba fue hecha para nuestra destrucción, sino para proporcionarnos información”. Sabemos que el pinchazo de una aguja duele, pero por eso yo no puedo decir que las pruebas de sangre son una maldición, por el contrario, ellas me permiten saber en qué estado de salud me encuentro.
Por eso dice la palabra que el oro aunque perecedero o sea menos valioso que la fe, se prueba con fuego, el oro para ser refinado tiene que pasar por el horno de fuego donde el metal se calienta a altas temperaturas hasta que se derrite completamente, una vez en estado líquido, las escorias o impurezas salen a flote, para que puedan retirarlas.
Dios es como ese joyero que trabaja en su obra maestra, que cada vez que ve una impureza en nosotros o encuentra algo que nos está estorbando en nuestro crecimiento, nos lleva al horno o nos pasa por las pruebas las veces que sea necesario, aunque el sufrimiento sea doloroso solo para pulirnos y refinar nuestro carácter.
El oro que sale del horno jamás es el mismo que entró, este sale purificado, su brillo y su valor se incrementan, lo mismo que una persona que sale de una prueba su vida jamás es la misma, eso sí, si logró aprender la lección, de lo contrario tendrá que repetir el proceso hasta que sea limpiado por completo.
Por eso es que el señor nos dice hoy que nos alegremos cuando nos hallemos en diversas pruebas, por qué si él nos está probando, es porque nos quiere promocionar y quiere saber si ya estamos listos para lo que nos quiere entregar.
“Cuando la fe aparece, la duda desaparece, cuando el valor se hace presente, el temor decide estar ausente. La duda divide el corazón, frena tu conquista y te deja sin dirección. Solo cuando tomas la decisión de creerle a Dios y no a tu situación, la desconfianza y la indecisión terminan siendo desarraigadas de lo profundo del corazón.”.
Humberto Cancio.