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“LA ADORACIÓN NO DEBE DEPENDER DE LO QUE HAS RECIBIDO, SINO DE EN QUIEN HAS CREÍDO”. Job 1:21-22

Job 1:21-22 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno”.


Esta es la expresión que sale de los labios de Job después de enterarse que lo había perdido todo.


Encuentro que esta no es una expresión de queja, Job no maldice, ni reniega contra Dios por lo que le había pasado, por el contrario, no atribuyó a Dios despropósito alguno, en otras palabras, Job no culpó a Dios de su desgracia, como muchas veces el enemigo nos quiere hacer creer cuando algo terrible nos pasa.


La biblia no especifica si esta fue la respuesta que Job le dio a su mujer que más adelante le dice: “Maldice a tu Dios y muérete”, o se trataba sencillamente de una conversación interna que él tenía; porque efectivamente la lucha interior que se libra en el corazón de una persona que pierde a un ser querido, que le dicen que su enfermedad es incurable, o que se enfrenta a una crisis familiar o financiera es muy grande.


Muchos en una condición similar se hacen muchos cuestionamientos e interrogantes, e incluso hasta se culpan así mismos de lo que pudo haber ocurrido.


Ese estado de vulnerabilidad lo aprovecha el enemigo para hablar a la mente, yo me imagino que a Job le decía: “Job de que te valió ser recto, temeroso de Dios y apartado del mal, de que te sirvió orar por tus hijos si Dios no hizo nada para evitar que muriesen, para eso trabajaste toda tu vida, para al final quedarte con las manos vacías? Etc; El enemigo hacía todo esto para que maldijera a Dios, pero la expresión de Job fue: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.


Job lo que hace es adorar en medio de su dolor y lo hace por una sencilla razón, porque reconoce que todo lo que tiene fue Dios quien se lo dio, eso es lo que nosotros nunca deberíamos olvidar para que la adoración nunca falte de nuestros labios aun en los momentos de adversidad.


La actitud de agradecimiento de Job aun después de haberlo perdido todo, fue lo que hizo que Dios al final le confiara el doble de lo que tenía, estoy seguro que si se hubiese quejado otra hubiese sido su historia.


“Una persona que acostumbra a quejarse por todo, con nada puede ser saciada, es como una cisterna rota que ni con toda el agua del universo puede ser llenada. La queja no solo es ingratitud frente a la vida y ganas de perder el tiempo en lo que no tiene solución, sino la evidencia de un gran vacío que existe en el corazón. “La queja es sencillamente el lamento de quien ha perdido el agradecimiento”.


Humberto Cancio.



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