Efesios 6:2-3 “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.
Esta es una verdad eterna poderosísima, porque revela la causa o el por qué a muchas personas no les va bien en la vida y porque otras no son de larga vida sobre la tierra o sea mueren antes de tiempo de manera repentina, ¿por qué? Por no haber honrado a sus padres, es lo que la palabra afirma.
Recuerdo en alguna ocasión que visité un asilo y los abuelitos que allí estaban la oración que más recurrentemente me pedían era que le pidiera a Dios para que sus hijos fueran a visitarlos. Es tremendo porque es la historia de muchos padres que han sido abandonados y uno se pregunta: ¿Pero donde estarán sus hijos?
Ahora el texto es claro cuando afirma que debemos honrar a nuestro padre y a nuestra madre o sea no a uno de los dos, sino a ambos por igual; no dice honra a tus padres si te nace hacerlo, no dice hónralos si fueron buenos contigo. Dice simplemente: Hónralos.
Honrar es bendecir, exaltar, elogiar, respetar, obedecer, es no herir, no abandonar, es cuidar.
Pero usted me dirá: ¿Cómo usted me pide que yo honre a mi padre con todo el daño que nos causó?, no hay excepción, Hónralo, ¿pero es que mi madre no fue una buena madre?, Hónrala es lo que nos manda el señor.
Es posible que nuestros padres en su afán de corregirnos se hubiesen equivocado, fueron injustos contigo, hirieron tu corazón o posiblemente te hayan abandonado. Pero Dios no nos colocó como sus jueces, sino para que por parte de sus hijos pudieran ser honrados.
Nunca olvides que hijo eres y padre serás, y que lo que ahora siembres en tus padres también de tus hijos eso mismo cosecharás.
Honrar a nuestros padres trae como recompensa que nos ira bien y que seremos de larga vida sobre la tierra, eso es lo que el señor promete y yo le creo.
Humberto Cancio.
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