“Es posible que nuestros padres en su afán de corregirnos se hubiesen equivocado, fueron injustos contigo, hirieron tu corazón o posiblemente te hayan abandonado. Pero Dios no nos colocó como sus jueces, sino para que por parte de sus hijos pudieran ser honrados. Nunca olvides que hijo eres y padre serás, y que lo que ahora siembres en tus padres también de tus hijos eso mismo cosecharás”.
Humberto Cancio.
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