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“HAY ÁREAS EN TU VIDA QUE TIENEN QUE SER EXPUESTAS, PARA PODER SER RESTAURADAS”. Lucas 6:10


Lucas 6:10 “Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada”.


Cuando Jesús estuvo en este mundo su ministerio o servicio se caracterizó por los múltiples milagros que realizó en favor de aquellos desvalidos que habían perdido la esperanza.


En esta ocasión su misericordia alcanzó a un hombre que afirma la escritura tenía su mano derecha seca, en otras versiones nos dicen que tenía la mano atrofiada, tullida, paralizada, encogida; no sabemos la causa exacta de su enfermedad, pero se puede intuir que fue el resultado de una parálisis local.


Tampoco sabemos cuánto tiempo llevaba en esa condición, para la mentalidad judía, lo que este hombre tenía podría tratarse de algún juicio por su pecado.


Lo cierto es que muy posiblemente por su condición su autoestima haya sido afectada, seguramente se sentía opacado, impotente, inferior, su enfermedad le restaba capacidad o fuerza, dice un libro apócrifo judío que este hombre era albañil, de manera que no podía ahora ganar el sustento de su casa, por tanto se sentía inútil.


Mas Jesús al verle le dice: “Levántate”, recordemos que este hombre se encontraba en medio de un grupo de fariseos que cuestionaban el hecho que Jesús hiciera un milagro en sábado, Él tuvo que vencer el miedo, superar los obstáculos y exponer su condición ante todos, no debió ser fácil para él, pero tomó la decisión de exponer y no esconder más aquello de lo que tanto se avergonzaba.


A todos nos gusta mostrar nuestras fortalezas y esconder nuestras debilidades, este hombre seguramente escondía su mano seca porque se avergonzaba de ella, pero si lo sigue haciendo su condición jamás hubiese cambiado.


No te de pena mostrarle a Dios tus debilidades y pecados, esas cosas que te hacen sentir mal, problemas de inmoralidad sexual, doble ánimo, problemas con las adicciones, todas esas cosas que ante los demás siempre quieres esconder olvidando que ante Dios no lo podemos hacer.


Este hombre tuvo que exponer su debilidad, o reconocer su problema para poder recibir sanidad.


Pero me pregunto: ¿Cuántas personas en este día podrían estar en la misma situación de este hombre? No necesariamente con la mano seca, sino con áreas de sus vidas secas, áridas, sin fruto, que aparentan estar muertas pero que no lo están.


Hay personas que aparentan ser muy exitosas en lo profesional, aparentan ser ganadores, pero que experimentan áreas secas en su vida, relacionadas con los sentimientos, las finanzas, la familia, el carácter el hogar, en la salud o secos en su parte Espiritual, etc.


Hoy declaro en el nombre de Jesús, que eres libre de esa maldición de la mano seca que trajo a tu vida, dolor, vergüenza, improductividad, escasez, pobreza, y que todos esos sueños que tenías frustrados, vuelven a cobrar vida y a germinar nuevamente.


“Existen personas muy exitosas en lo profesional, pero con áreas en su vida que se encuentran resecas, áridas y sin fruto, y aunque ante los demás se muestran fuertes y con apariencia de triunfadores, íntimamente sienten la insatisfacción de no haberse podido desarrollar plenamente, olvidando que, para Dios, lo realmente importante es la esencia, no las apariencias”.


Humberto Cancio.


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