Santiago 1:2-4 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.
Según esta verdad eterna, es imposible ser PERFECTOS y CABALES, si primero no somos ejercitados en la paciencia. Muchas veces tendemos a confundir la PACIENCIA con la RESIGNACIÓN y son muy distintas la una de la otra.
La paciencia no es la capacidad de esperar, sino la actitud de paz, gozo y confianza que asumimos mientras esperamos; mientras que la resignación es una mezcla de frustración y tristeza que nos lleva a conformarnos con la situación que estamos viviendo.
Por eso es que en esta verdad eterna el señor nos esta diciendo: “Tengan por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas, porque la prueba de nuestra fe produce paciencia”. En otras palabras, las pruebas nos enseñan a ser pacientes o sea a mantener la esperanza y a tener tranquilidad aun en medio de la adversidad.
Lamentablemente muchos vemos las pruebas como oportunidades para renegar contra Dios, para quejarnos, para amargarnos, nunca para gozarnos, sin darnos cuenta que lo que estamos haciendo es abrirle las puertas al DESÁNIMO una de las armas mas efectivas de Satanás.
Él sabe que, si puede destruir nuestro ánimo, seremos inútiles en el logro de algo para Cristo. El desánimo es una fuerza tan destructiva que es capaz de dividir la mente, afectando cada decisión que tomamos ya que una especie de nube oscura se pone en nuestra mente y no nos permite pensar con claridad.
El desánimo trae también consigo la CULPA, llevándonos a sentir una profunda necesidad interior de culpar a Dios por haber permitido circunstancias dolorosas en nuestra vida y de culpar a otros por la manera como nos tratan a nosotros, es más, es muy posible que usted se culpe asi mismo por las malas decisiones o los errores cometidos, pero culparse y culpar a otros de sus desgracias no sirve de nada.
El desánimo trae también consigo al ENOJO, cuando esto ocurre, el disgusto puede desarrollar un espíritu de venganza y finalmente llevar a la persona a querer desquitarse. Si usted permite que el enojo crezca, sin resolverlo, el mismo se convertirá fácilmente en DEPRESIÓN. En este caso, el RESENTIMIENTO actúa como un cáncer que se esparce lentamente y lo destruye toda a su paso.
Pidámosle a Dios que erradique de nuestros corazones el desánimo y todas estas conductas que nos destruyen, nos roban la paz y nos hacen perder la PACIENCIA.
“Una de las razones por las que a la gente le cuesta confiar, es porque muchas veces las respuestas que esperamos tardan en llegar. A nadie le gusta esperar, pero la paciencia es un fruto del Espíritu que solo se forja teniendo que aguardar. No te angusties cuando tu espera se tienda a prolongar, porque Dios lo que está es perfeccionando tu capacidad de confiar”.
Humberto Cancio.
Comments