Éxodo 14:13-14 “Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y VED la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”.
Pensemos por un momento, como pudo haber sido la liberación del pueblo de Israel, yo me imagino que debió ser todo un acontecimiento, todos los pueblos vecinos solo hablaban de como Dios había liberado al pueblo de Israel.
Imagino a los israelitas con todo tipo de instrumentos y con sus mejores atuendos alabando y exaltando al Dios de Israel por haber sido liberados de la esclavitud de Egipto; felices, contentos y agradecidos con el creador por haber permitido que la horrible noche pasara, convencidos tal vez que nunca más volverían a verle el rostro a Faraón.
Pero otra cosa era la que Dios tenía en mente, su plan consistía en: Numero 1: Hacer que Israel se detuviera en un lugar donde no podían avanzar hacia ninguna dirección, Numero 2. Endurecer el corazón de Faraón para que los persiguiera haciéndole creer que se encontraban encerrados entre el desierto y el mar rojo.
Para cualquiera que anda en la lógica humana y no en la fe, esto pudo haber sido un plan suicida, porque para Israel representaba tener que enfrentarse de nuevo a su verdugo. Usted se preguntará: ¿Es que acaso Dios se complace con nuestro sufrimiento? Pues NO.
El propósito de Dios no era que ellos fueran esclavizados de nuevo, sino que pudieran ser libres de ese temor que trajeron consigo de Egipto. Por eso afirma en la verdad eterna que compartimos hoy: Éxodo 14: 13 – 14 “No temáis; estad firmes, y VED la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.”.
Y efectivamente eso fue lo que ocurrió, todos los egipcios que los perseguían murieron en medio del mar rojo. Tal vez usted sigue sin entender ¿porque Dios insiste en enfrentarme nuevamente con esas personas, situaciones y episodios que me han causado tanto dolor? ¿Acaso lo mejor es no volver a saber nada más de ellas?
Pues bien, la respuesta es sencilla. “Existen enemigos que vamos a tener que enfrentar para quitarlos de nuestro camino para siempre”.
El tiempo en si no hace madurar a nadie, sino las pruebas, ¿sabía usted que los fracasos nos enseñan más que los éxitos? Es por eso que Dios muchas veces enciende el fuego bajo nosotros para que continuemos moviéndonos hacia su propósito.
Existen dos tipos de personas, las que ven en cada oportunidad un problema y los que ven en cada problema una oportunidad, permítame preguntarle: ¿Usted a que grupo pertenece?
Hay bendiciones que suelen disfrazarse de problemas y este es el caso de Israel, el que hubiesen tenido que enfrentar de nuevo al faraón que tanto los hizo sufrir, no era un problema, era una oportunidad para Dios glorificarse.
En nuestras manos está la decisión: Ver lo que hoy enfrentamos como un problema, o como la oportunidad para que Dios manifieste su gloria en favor de nosotros.
“Hay quienes andan desesperados tratando de encontrar la forma de solos poder vencer; sin poder conciliar el sueño, y hasta estresados cuando ya no saben que más hacer, olvidando que Jehová de los ejércitos es quien pelea por nosotros y nos da la fuerza para vencer. Dios no te lleva al campo de batalla a pelear, sino para que veas como a tus enemigos Él puede derrotar”.
Humberto Cancio.
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