Recuerdo que cuando Moisés se dirigía hacia la tierra prometida, se encontró en una encrucijada, enfrente de el estaba el mar rojo, a sus costados solo había desierto y en la parte posterior venía Faraón con sus mejores hombres con la intención de esclavizarlos nuevamente.
Al verse acorralado Moisés clama a Dios como pidiendo ayuda y lo que Dios le responde es…Éxodo 14:15 “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen?.
Sabes, hay ocasiones donde pareciera que la vida nos coloca contra la espada y la pared, en situaciones donde sentimos que todo esta perdido, que el esfuerzo que por años se hizo fue en vano y comenzamos es a lamentarnos ante Dios por nuestra aparente desgracia.
Y claro, esperamos que Dios se auto compadezca de nosotros, pero Dios lo que nos dice es: NO ES TIEMPO DE LAMENTAR, SINO DE AVANZAR…
Medita en esto: Si Moisés no avanza, el mar rojo no se hubiera abierto para que el pueblo pasara.
Tal vez te has estado preguntando a cerca del porque Dios te trae por el mar, habiendo mejores senderos?. Sabes porque? ¿Por qué el enemigo no sabe nadar y todos en medio del mar rojo perecerán como pasó con Faraón y sus hombres.
“En la vida no fracasa quien se enfrenta a muchas adversidades, sino aquel que renuncia a sus sueños por creer que Dios es incapaz de ayudarle a superar sus dificultades”.
Humberto Cancio.
Hermosa reflexión. Dios lo bendiga