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“ENTRE MÁS GRANDE SEA LA OPOSICIÓN, MAYOR DEBE SER TU ASPIRACIÓN”. Génesis 37:9


Génesis 37:9 “Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí”.


Siendo José un muchacho de tan solo diecisiete años tuvo un sueño en el que ataba manojos en medio del campo y veía como su manojo estaba derecho, pero los manojos de sus hermanos que estaban alrededor se inclinaban ante el manojo de él.


Cuando los hermanos de José escuchan el sueño se enfurecieron contra él y lo aborrecieron aún más, por la falta de discernimiento que tenían lo que entendieron fue que José quería gobernar o reinar sobre ellos.


Cuando el sueño realmente se trataba de una revelación de Dios con respecto a los siete años de vacas flacas o escasez donde José sería levantado como el hombre más importante de la tierra de Egipto después de Faraón convirtiéndolo así en la tabla de salvación para toda la familia.


El caso de José es más común en nuestros días que lo que nosotros podemos imaginarnos: No sé si le ha pasado, pero suele ocurrir que cuando le compartimos los sueños que tenemos a otras personas de las cuales esperamos su apoyo, lo que recibimos es su burla y menosprecio. Por eso es importante que nosotros sepamos seleccionar muy bien a las personas con las que podemos compartir nuestros sueños porque no todo mundo se alegra con tus aspiraciones.


Los hermanos de José lo odiaban porque era un soñador, un hombre con aspiración, con metas, con objetivos claros en la vida, José sabía hacia donde se dirigía, porque era un hombre con propósito y así hay gente que no le gusta que sueñes, que emprendas, que conquistes.


Pero algo que debes tener siempre presente es que el árbol que más fruto tiene es al que más piedras le van a arrojar, un árbol sin fruto difícilmente va a llamar la atención de alguien. Si tú quieres que la gente hable bien de ti, hazte el muerto, quédate quieto, no hagas nada, porque todos hablan bien de los muertos, pero quien se mueve o hace algo siempre lo van a criticar.


José se pudo haber desanimado al punto de renunciar a su sueño por no haber tenido buena aceptación entre sus hermanos, pero lo que hizo fue soñar con mayor determinación. Génesis 37:9 “Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí”.


Woow, esto es impresionante, primero sueña con manojos de trigo, pero ahora estaba soñando con el sol, la luna y las estrellas.


Esto nos enseña un principio importantísimo para la conquista y es que entre más grande es la oposición mayor debe ser nuestro sueño.


Soñar no es estar con la cabeza en las nubes o distraído, no, se trata de proyectar y programar nuestro futuro. La creación entera no es producto de la improvisación sino de la planificación de Dios, todo lo que hoy vemos primero estuvo en la mente de Dios, Dios lo soñó, él tenía un plano, un diseño de lo que quería hacer.


Ahora lo importante no es solo tener un sueño sino los pasos que estás dando para alcanzarlo. Solo quienes sueñan en grande, podrán alcanzar grandes resultados.


Pedro soñaba con caminar sobre las aguas y Jesús se lo concedió, Abraham y Sara con tener un hijo en su vejez y lo tuvieron, David soñó que podía derribar a un gigante con una honda y así ocurrió. Suelo decir con frecuencia: “Muéstrame el tamaño de tus sueños te mostrare el tamaño de tu Dios”.


“Cuando el enemigo la conquista a alguien le quiere arrebatar, lo primero que le quita es su capacidad de soñar”. Fe es la certeza de lo que “ESPERAS” y lo que esperas es un sueño, un objetivo una meta, la persona de fe siempre tiene un sueño, la que no tiene fe siempre tiene una excusa. Así que sueña en grande, porque los sueños son el fundamento de la fe.


“A veces anhelamos alcanzar la cima del éxito, pero se nos olvida que la oposición es directamente proporcional al tamaño de la bendición, o sea victorias memorables, se obtienen después de superar limites que parecían inalcanzables. La única persona que puede impedir que tus sueños sean alcanzados, eres tú mismo. El espíritu no tiene límites, es la mente la que se los pone”.


Humberto Cancio.


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