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“EN CASA DONDE UNA MUJER ES MENOSPRECIADA, LA ORACIÓN POR DIOS JAMÁS ES CONTESTADA”. 1 Pedro 3:7


1 Pedro 3:7 “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.


Generalmente todos los electrodomésticos vienen con un manual para facilitarnos su uso, pero como en algunos casos el manual viene en otro idioma ya ni siquiera nos tomamos la molestia de mirar las instrucciones para evitarnos dolores de cabeza.


Pues bien, el manual con el que Dios nos creó es la biblia, la palabra de Dios, en ella encontramos todas las instrucciones de la manera como debemos comportarnos y actuar frente a determinadas situaciones, pero muchos argumentan que no entienden la biblia y por eso jamás la consultan, razón por la cual algunos aprendemos a punta de cometer errores, cuando lo fácil hubiese sido consultar el manual.


En el manual encontramos lo que Dios nos demanda como esposos, que vivamos sabiamente con nuestras mujeres dando honor como a vaso más frágil, no dice como a vaso más débil sino más frágil, es decir, nuestro trato hacia ellas debe ser delicado, el señor no las compara con un vaso frágil, sino como uno más frágil. Ahora, si un vaso frágil es delicado como será un vaso más frágil, supremamente delicado.


Si esta verdad eterna nos hubiese sido revelada cuidáramos la manera como nos dirigimos a ellas, porque son tan frágiles que el más mínimo gesto de menosprecio las puede quebrar. Hoy día las cifras de maltrato contra la mujer han crecido de forma alarmante todo por no haber respetado este principio que Dios nos dejó estipulado en su palabra.


Pareciera que Dios hubiese dicho lo contrario, no, Dios no hizo a la mujer de hierro para que usted la maltrate, la insulte, la golpee, la grite; tampoco la hizo de plástico para que usted la use y luego la arroje a una caneca de basura, ella es como un vaso MÁS frágil, tierna y delicada.


Imagine por un momento que su mujer es una rosa hermosa, ¿Qué pasa si usted la despoja de sus pétalos?, pierde su belleza, pierde su aroma, pierde su encanto, pierde su valor y al final solo quedan las espinas; muchos hombres se quejan de que sus mujeres se volvieron frías, indiferentes, amargadas, irascibles, la pregunta es: ¿Qué hiciste con sus pétalos?

La mujer es coheredera de la gracia divina, es decir la mujer no es inferior al hombre, también dice que el hombre debe tratar a su mujer como a vaso más frágil, para que sus oraciones no tengan estorbo, en otras palabras, Dios no escucha la oración de un hombre que trata mal a su mujer.


“Creer que la mujer es inferior al hombre es un concepto machista que debemos erradicar de nuestra sociedad. Debemos darles honor y tratarlas con respeto. Las mujeres son tan frágiles, que hasta el más mínimo gesto de indelicadeza podría destruirlas, ellas no fueron hechas de un material indestructible, para pensar que podemos maltratarlas, sin que sufran ningún daño. Las mujeres no son un vaso que se usa, se destruye y cuando ya no sirve se desecha”.


Humberto Cancio.


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