Génesis 21:1-2 “Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. 2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho”.
Dice la escritura que Dios había prometido a Abraham y a Sara un hijo cuando este tenía 75 años y su esposa Sara ya había dejado de menstruar, lo que ponía un grado más alto de dificultad a la tarea de poder procrear.
Abraham conocido como el padre de la fe, tuvo que aprender a esperar, no un año, ni dos, ni tres, sino 25 años para poder ver convertida en realidad la promesa que Dios le había hecho. Seguramente para él no fue fácil, pero se mantuvo firme en la promesa y Dios le cumplió al pie de la letra, en modo tiempo y lugar.
Bueno, es claro que Dios no quiere que nosotros tengamos que esperar tanto como Abraham para poder ver el milagro que tanto anhelamos, pero sí que aprendamos a ser pacientes, a confiar, a dejar el afán y la ansiedad, a entender que el tiempo de Dios es perfecto y que la capacidad de esperar es la virtud de quienes verdaderamente confían. “Una persona que confía jamás se desespera y quien se desespera jamás ha confiado”..
Hay personas que oran en la mañana y como Dios no les respondió en la tarde, dejan de creer, eso no es fe.
“Cada vez que sientas que se está demorando demasiado tu bendición, recuerda que Dios es eterno y el tiempo no es el que le va a impedir su actuación. Si en la puerta que abriste la bendición no lograste descubrir, no te desesperes, ni vayas a desistir, mejor da gracias a Dios y alégrate porque ahora, te quedan menos puertas por abrir”.
Humberto Cancio.
תגובות