Hoy me gustaría meditar en la sexta palabra que Jesús exclamo en la cruz antes de morir: “Consumado es”. (Juan 19:30)
Este no es el grito de alguien que esta vencido, ni de alguien que fracaso en el intento, sino el canto de victoria de aquel que cumplió a cabalidad con su misión. Jesús había venido a este mundo con el propósito de salvarnos de la condenación eterna y ese propósito fue totalmente cumplido.
Eso que significa: Que los argumentos que el enemigo tenía en contra de nosotros todos fueron cancelados en la Cruz del calvario, la sangre que Jesús derramo fue el precio que se pagó por nuestra redención.
Así que cuando el enemigo venga a decirte que para ti no hay salvación que estas condenado a la separación eterna, recuérdale Colosenses 2:15: “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la Cruz”.
La muerte de Jesús no fue su derrota, sino nuestra mas grande victoria. Lo afirma Efesios 2:5, que no solo nuestra vieja naturaleza murió con Cristo, sino que nuestro hombre Espiritual resucito juntamente con el.
Recuerda siempre que el enemigo no puede esclavizarte con sus mentiras, porque Jesús por medio de su sangre te libero. Eres libre de cualquier atadura, libre, de cualquier adicción o maldición, eres libre.
Humberto Cancio.
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