1 Reyes 17:15-16 “Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. 16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”.
Cuenta la escritura que durante el reinado de Acab y su mujer Jezabel, Israel cayó en apostasía, decían amar a Dios, pero adoraban a ídolos conocidos como baales, por esta causa dejó de llover sobre la tierra por espacio de tres años y seis meses, según lo había declarado el profeta Elías.
Elías tiene que refugiarse en el arroyo de Querit que quedaba frente al Jordán y allí bebía agua del arroyo y era alimentado por unos cuervos a los que Dios había dado la orden. Pero un día el arroyo se secó y los cuervos no volvieron.
Es allí cuando viene una palabra de Dios al profeta que decía: Ve a Sarepta de Sidón porque he dado la orden a una viuda para que te sustente.
El profeta obedece a la voz de Dios y cuando llega a Sarepta encontró a una mujer viuda con su hijo que habían decidido aquel día morirse después de comerse el ultimo poquito de harina y aceite que tenían, pero otros eran los planes que Dios tenía con ella y su pequeño hijo.
La mujer compartió con el profeta lo poco que tenía como le fue mandado y ocurrió un milagro de multiplicación, porque comió ella y su hijo por muchos días hasta que volvió a llover sobre la tierra, ni la harina ni el aceite escasearon como Dios lo había declarado.
Esta mujer había perdido la fe, pero una palabra del profeta le devolvió la esperanza. Tal vez tú también te levantaste sin nada hoy, sin dinero, sin un empleo, sin ninguna oportunidad, pero déjame decirte que una palabra como esta si puedes creerla puede marcar la diferencia.
Declara de parte de Dios también esta palabra para tu vida: Tu harina no escaseará ni el aceite de la vasija menguará, declara que comerás, te saciaras y que nada te faltará.
“Muchos al mirar sus probabilidades concluyen que lo que tienen es demasiado insignificante como para resolver sus necesidades, pero tener fe no es fingir que no existen las dificultades, es ser conscientes de ellas, pero sin dejar de creer en las posibilidades".
Humberto Cancio.
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