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“DETRÁS DE CADA AFLICCIÓN SE ESCONDE UNA GRAN COMPENSACIÓN”. Hebreos 10:35-36


Hebreos 10:35-36 “Por eso, no dejen de confiar en Dios, porque sólo así recibirán un gran premio. Sean fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar en él cuando estén sufriendo, para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha prometido”.


En esta verdad eterna Dios hace énfasis en la importancia de nunca dejar de “CONFIAR”, pero ¿qué es confiar?


Confiar: Tener seguridad y esperanza en algo o en alguien.


Ha propósito de la confianza, cuentan que un hombre que viajaba en su coche a gran velocidad sufre un accidente a media noche. Su carro se sale de la vía empieza a dar varios giros, en uno de los cuales el conductor sale disparado del vehículo hacia el fondo de un precipicio.


En algún momento de su descenso vertiginoso extiende sus manos y logra sujetarse a una rama y empieza a pedirle a Dios que haga algo por él, “Dios mío ayúdame, no me dejes morir, por favor ten misericordia de mi…” Cuando en medio de la noche se escucha una suave y dulce voz que le dice: “Suéltate hijo mío”, a lo que el hombre responde: ¿Cómo me voy a soltar, no ves que si lo hago puedo caer al precipicio?


De nuevo la suave voz se escucha: “Suéltate hijo mío”, pero el hombre no se quiso soltar, lo que hizo fue empezar a pedir que alguien arrojara una cuerda para el sujetarse y poder salir de aquella difícil situación, pero nada ocurrió.


Cuenta la historia que al día siguiente unos campesinos que pasaban por el lugar encontraron a un hombre colgado de una rama, que aquella noche había muerto de frío, a tan solo un metro de tocar el piso.


Si el hombre de la historia se hubiese SOLTADO de seguro se hubiera salvado. Y esa es la mejor definición que puedo encontrar de FE, soltarse, confiar, abandonarse, es soltar el control para que Dios lo tome.


Muchos al igual que el hombre de la historia proclamamos a los cuatro vientos nuestra confianza y dependencia de Dios, pero en momentos de la dificultad cuanto nos cuesta llevar esto a la práctica.


A través de esta verdad eterna el señor nos está diciendo hoy: “No dejen de confiar en Dios”. O sea, la confianza en Dios es un principio que no se puede negociar. En medio de una dificultad es posible perderlo todo, lo único que no podemos darnos el lujo de perder es nuestra confianza en Dios.


Y es allí donde radica la clave de la vida de fe, porque es fácil confiar cuando todo nos está saliendo conforme a lo planeado; pero una vez las cosas se salen de nuestro control, creemos que también se salieron del control de Dios y no es así.


Según este texto seguir confiando, aunque todo sea contrario indudablemente tiene un premio, una recompensa, pero muchas veces se nos escapa de las manos por rendirnos antes de tiempo, por eso el señor afirma además: “Sean fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar en él cuando estén sufriendo, para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha prometido”.


El señor sabe que se necesita ser fuertes para poder soportar la tempestad, que hay momentos en los que tendremos que sacar fuerzas de donde no tenemos, pero es necesario hacerlo porque al final por el tamaño de la recompensa que Dios nos tiene preparada habrá valido la pena.


Así que mi amigo, mi amiga: “Por mas caótica, cruel o dolora que pueda ser lo que te ha tocado enfrentar, por ningún motivo vayas a de confiar, porque al final serán recompensados más de lo que se pudieron imaginar.


La recompensa ya está esperándonos, pero si dejamos de confiar es posible que nunca la vayamos a alcanzar.


Espero con todo mi corazón que esta verdad eterna haya podido ser revelada a su vida, para que comprenda que aunque en este momento el sufrimiento sea insoportable, la recompensa es superior, así que recobra nuevas fuerzas y por nada dejes de confiar, no permitas que la duda te robe el galardón que Dios te quiere entregar.


“Ninguna tormenta es permanente, ni dura para siempre, cuando la lluvia, sus truenos y vientos huracanados ya no golpean tan fuerte, un hermoso arcoíris termina adornando el ambiente. Si atraviesas por circunstancias difíciles de superar, no te desanimes, ni tomes la decisión de abandonar, porque después que las nubes oscuras pasen, el sol volverá a brillar”.


Humberto Cancio.


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