Salmos 40:1 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”.
En esta expresión David nos revela dos aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta si deseamos que Dios responda nuestras oraciones.
El primero de ellos es la “ACTITUD”: La actitud tiene que ver con la manera como nos comportamos o reaccionamos frente a determinadas situaciones. Ejemplo, ante a una agresión, una persona puede reaccionar con ira o con tono conciliador, la actitud es el rol o la posición que cada uno asume frente a determinadas circunstancias de la vida.
Es importante aclarar que, aunque la “Actitud” no es una personalidad para decir: “Es que yo soy así”, si es una elección personal, que quiero decir con esto que “Nadie es culpable de la cara que tiene, pero si de la cara que pone”.
Dicho esto, centrémonos entonces en lo que quiso decir David cuando expresó “Pacientemente”, Ahora, si le pregunto qué es ser “PACIENTE” muy probablemente usted me diría es una persona convaleciente en la cama de un hospital y esa respuesta también es valedera, porque un paciente no puede andar a las carreras tiene que revestirse de paciencia para poderle encontrar la cura.
Lo contrario a Pacientemente es Desesperadamente, es interesante que solo hasta que David esperó a Jehová pacientemente fue que Dios respondió su oración, o sea mientras David oraba desesperadamente Dios no lo escuchaba.
Usted se preguntará ¿por qué?, le respondo: Porque una persona que ora con desesperación no está demostrando confianza en Dios, sino todo lo contrario. “La persona que confía espera, la que no confía se desespera”.
David no obtuvo ningún resultado mientras oró con desesperación solo hasta que oró y esperó pacientemente. Dios no mira lo que el hombre mira, el hombre mira lo externo, Dios mira la actitud de nuestro corazón. De manera que la próxima vez que vaya a la oración, asegúrese de estar confiando en Dios con todo su corazón.
El segundo aspecto es la “ALTITUD”: Uso el término “Altitud” para referirme específicamente a las alturas el lugar donde mora la presencia de nuestro Dios. David dijo: “Pacientemente esperé a Jehová”, si se puede dar cuenta David espero “A” Jehová, él no esperó las bendiciones de Jehová.
Lo que hacía que David se desesperara al no recibir la respuesta es que su confianza estaba puesta en lo que esperaba recibir de Dios, no en Dios. Desde el instante que empezó a esperar a Dios, la respuesta no se hizo esperar.
¿Qué significa esperar a Dios? Significa esperar que el actúe, confiar en que el tiempo de Dios es perfecto, que Él no llega ni antes ni después, sino en el momento justo, porque su reloj funciona de manera distinta al nuestro.
No sé si usted lo sabía, pero muchas veces Dios demora un poco su respuesta, precisamente para saber en dónde estaba realmente puesta nuestra confianza, si en Él o en la bendición. La persona que pacientemente a Dios aprende a esperar, jamás se desespera, aunque Dios se tienda a tardar.
“Cuando nos encontramos ante una difícil situación, lo que más anhelamos es poder obtener de forma inmediata la respuesta a nuestra petición, pero Dios no se mueve por lo angustiante de nuestra situación, sino por nuestra firme convicción. Muchas veces decimos confiar en Dios, pero ponemos la confianza es en la bendición que esperamos recibir, y no en aquel que por amor padeció en la cruz al morir”.
Humberto Cancio.
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