Jeremías 31:16-17 “Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo.17 Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra”.
Esta es una palabra de consuelo que el señor envía a través del profeta Jeremías para su pueblo Israel que se encontraba cautivo en Babilonia, las profecías no eran nada alentadoras porque aseguraban que ese tiempo de esclavitud duraría aproximadamente setenta años. Cualquier persona en una situación similar se podría ver tentado a perder la esperanza.
Sobre todo, teniendo en cuenta que los deportados durante el exilio a Babilonia hacían parte del pueblo de Dios; entre ellos se encontraban reyes, familias prestantes de la sociedad, sacerdotes, levitas, etc., pero en la tierra del “nunca jamás” el prestigio y el renombre con el que contaban de nada les sirvió.
¿Porque uso el término “Nunca jamás”? porque por la condición de esclavos en la que ahora se encontraban en aquella tierra, “Nunca jamás” volvieron a recibir salario, porque a ningún esclavo le pagaban por sus servicios, esa era su obligación.
Lo más grave de ser esclavo no era el haber perdido la libertad, sino que el no recibir salario les cercenó su capacidad de soñar. Pero cuantos en este tiempo aún siguen viviendo en la tierra del “Nunca jamás”; “Nunca jamás” tendré una casa propia, unos muebles nuevos, un carro; “Nunca jamás” creeré en el amor, “Nunca Jamás” me volveré a enamorar, “Nunca jamás” mis hijos irán a las mejores universidades, “Nunca jamás” tendré unas vacaciones en familia, etc.
La buena noticia es que el señor nos está diciendo a través de esta verdad eterna, no solo a Israel en su tiempo, sino a nosotros hoy: “Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo”.
En otras palabras, deja de llorar, seca tus lagrimas porque esos años de escasez y de tantas privaciones económicas han llegado a su fin, el señor te saca en este día de esa tierra del “Nunca Jamás”, de esa condición que te impedía tener un salario digno, o si algo recibías nunca te alcanzaba para nada, yo no sé si era por falta de un empleo o porque eran muy pocos los ingresos que recibías.
Lo cierto es que el señor le está confirmando hoy que hay salario para su trabajo, pero usted me dirá: “Pero si yo ni trabajo tengo”. Bueno, entonces prepárese porque esa puerta de empleo que estaba cerrada para usted Dios la abre en este día y a sus manos llegarán los recursos suficientes, para ponerse al día con sus obligaciones, usted podrá pagar a sus acreedores, saldrá definitivamente de esa esclavitud financiera en la que se encontraba y volverá a soñar con un futuro mejor no solo para usted sino para toda su familia.
Si esta verdad eterna le fue revelada a su vida, dígale señor yo lo creo con todo mi corazón.
“Quizá te encuentres frente al peor panorama de tu vida, y la duda ha querido matar la poca fe que te queda; pero nunca dejes de confiar, ni tomes la decisión de claudicar, porque Dios fortalecerá tu vida, te sustentará y te ayudará para que todo aquello que no pudiste lograr en el pasado, muy pronto lo puedas alcanzar”.
Humberto Cancio.
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