top of page
  • humbertolocutor

“AQUEL QUE AMA DE VERDAD JAMÁS SERÁ INSENSIBLE ANTE LA NECESIDAD”. 1 Juan 3:17


1 Juan 3:17 “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”.


Cuando observamos todo lo que está pasando en el mundo, las crisis en las naciones, las guerras en medio oriente, las luchas en centro américa, protestas en sur américa, inseguridad en las calles, robos, violencia, hambre, pobreza, injusticia social y una profunda crisis de valores, nos preguntamos: ¿dónde esta Dios?


De hecho, este es el principal argumento de aquellos que niegan la existencia de un Dios, porque se les hace inaudito que un Dios de amor, permita que en el mundo haya tanta desigualdad y exista tanto sufrimiento.


Esta manera de pensar lo que hace es responsabilizar única y exclusivamente a Dios de todo lo malo que pasa. Ahora, no pretendo con esto defender a Dios porque él solo puede hacerlo, pero si sería importante que meditáramos en ¿cuál es nuestra responsabilidad en todo esto? Por supuesto que sí.


Los que robamos, destruimos el medio ambiente, violentamos y asesinamos a nuestro prójimo, los que hemos generado todo este caos hemos sido nosotros no Dios.


Dios es inmensamente bueno y generoso, los que tenemos que desarraigar el mal de nuestros corazones somos nosotros, este texto que hoy compartimos nos permite conocer realmente que es lo que Dios piensa al respecto.


1 Juan 3:17 “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”.


El señor enfatiza en los “bienes de este mundo” como la solución a tanta necesidad reinante en las naciones, es decir: Los recursos que se requieren para acabar con tanta necesidad no están en el reino espiritual, sino aquí, es a lo que el señor le llama los bienes de este mundo.

Nuestro dinero en el reino espiritual no tiene ninguna validez, pero en este mundo sí. No es que Dios sea malo, el problema es que los que tienen bienes en este mundo no lo comparten con los que lo necesitan.


Y cuando la palabra habla de bienes, no se refiere únicamente a dinero, todos podemos compartir amor, tolerancia, respeto, misericordia, perdón, pero si nos negamos a hacerlo, como el mundo podrá conocer el amor de Dios, si Dios obra es a través de nosotros.


El señor Jesucristo antes de partir nos enseñó a cerca de cuál era el más grande importante de todos los mandamientos:


Mateo 22:36-39 “Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley? 37 Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. 38 Este es el primero y el grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como a ti mismo”.


Es tremendo que Jesús en esta palabra coloca el amar a Dios y el amar al prójimo en el mismo nivel, es decir: quien dice amar a Dios no puede aborrecer a su prójimo porque también estaría aborreciendo a Dios, recordemos que fuimos hechos a su imagen y semejanza, más quien ama a su prójimo lo que demuestra es cuanto ama a su Dios.


Pero el amor de Dios no es solo una emoción que se siente, sino una compasión que se demuestra con hechos. Yo no puedo decir que amo a Dios, si odio y todo el tiempo busco la manera de destruir a mi hermano.


El señor nos demanda hoy que amemos con acciones, no solo con expresiones, si usted de verdad ama a su prójimo no se lo diga, demuéstraselo.


El mundo no se destruye por los malos, sino por la indiferencia de los buenos”.


“Cada día los índices de pobreza son más elevados, la desigualdad es evidente, el desplazamiento forzado, la violencia y el hambre abundan por todas partes, y nos preguntamos ¿En dónde está Dios?, pero ¿que estamos haciendo nosotros? Amemos con acciones, no solo con expresiones. Se compasivo con la necesidad del hermano y con cada acto de amor a Dios habrás manifestado”.


Humberto Cancio.


10 visualizaciones0 comentarios
bottom of page