“Son incontables las veces que después de haber llorado, sentirnos solos, incomprendidos y angustiados, nos dimos cuenta que Dios siempre estuvo en control de la situación por la cual estábamos tan preocupados. No tiene sentido desesperarse y perder la tranquilidad, si Dios desde un principio ha resuelto tu dificultad”.
Humberto Cancio.
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