Génesis 22:2 "Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”.
Otro de los aspectos fundamentales de la fe, es que esta tiene que ser probada, usted me preguntará ¿Cómo es esto?, bueno es muy fácil decir que somos hombres y mujeres de fe, sin embargo, cuando nuestra fe es puesta a prueba lo que sale al descubierto era el tipo de fe que realmente teníamos.
Dice la palabra en el libro 1 Pedro 1:7 “Que la fe mucho más preciosa que el oro se prueba con fuego”. En el proceso de purificación del metal cuando este es sometido a las altas temperaturas en el horno, ocurre que la escoria o las impurezas de este salen a flote, lo que le permite al joyero retirarlas para que el producto final sea de mucho más valor, con más brillo y mayor pureza.
Suele ocurrir que cuando nuestra fe es puesta en el horno de la prueba lo que sale a flote es lo que la contamina e impide la pureza de la fe, que no nos permite creerle a Dios con todo el corazón.
La fe de Abraham como la fe de todos nosotros también tuvo que ser puesta a prueba, el precio creo sin temor a equivocarme fue más alto que el que nosotros hayamos tenido que pagar. Dios no le pidió a Abraham una vaca, un carro, una casa, un empleo, lo que usó para probarlo fue la vida de su único hijo. Un hijo que el mismo Dios le había prometido y por el cual él tuvo que esperar 25 años.
Tener que sacrificar a su propio hijo tenía que ser algo muy doloroso, sin embargo, Abraham no renegó contra Dios sino que para él fue motivo de adoración por eso dijo a su hijo: “Iremos a aquel lugar ADORAREMOS y volveremos”. Lo que puso al descubierto en el momento de la prueba, la pureza de su fe y por eso Dios, no permitió que su hijo fuera sacrificado.
¿Cómo reacciona usted, cuando su fe es puesta a prueba? ¿Se queja?, ¿Murmura contra Dios?, ¿Se enoja?, ¿Deja de orar? ¿Se aparta de los caminos de Dios?, todas estas cosas son esas impurezas que contaminan tu fe y que no te permiten creer.
“Generalmente nosotros obedecemos en base a lo que entendemos, pero en el ámbito espiritual debemos obedecer aun cuando no comprendamos lo que Dios nos está pidiendo que hagamos, eso es confianza. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, la fe solo una palabra de Dios para a la conquista lanzarse”.
Humberto Cancio.
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